Comienza otra aventura. Esta vez me
llevará por Centro Europa y por las tierras viquingas de Copenhague.
Salgo de Málaga muy temprano para Madrid. Y también este se va a
convertir en el viaje de las coincidencias. En Madrid voy a poder ver
a mi madre un momento. Ella regresa de León y llega a las 7.45 a la
T4 de Madrid, yo llego a Madrid a las 8.00 tendremos al menos unos
minutos para saludarnos. Al final solo hemos tenido 5 minutos para
saludarnos porque el avión me dejó en el otro extremo de la
terminal, fui corriendo hacia donde ella estaba y llegué en el
momento que estaban llamando para embarcar su vuelo para Tenerife.
Bueno, hemos tenido 5 minutos, poca cosa.
Los dos vuelos han sido muy
tranquilos y he llegado puntual. Lo que si se retrasó bastante fue
la salida de la maleta en el aeropuerto de Copenhague. Entre eso y
que no me aclaraba con las indicaciones para coger el tren para la
estación central de Copenhague, pues he llegado al hotel algo tarde,
sobre las 5 de la tarde, como para salir a hacer un tour turístico
por la ciudad. Mañana me levantaré temprano y así aprovecho mejor
el día. El hotel es el Ansgar Hotel, un tres estrellas recién
reformado que no está nada mal. Buen servicio, buenas habitaciones,
y para ponerle una pega las almohadas y la cama son muy blandas para
mi gusto.
Por la noche he salido y he ido a
dar un paseo. He ido hacia la estación central de trenes y enfrente
justo está el Tívoli, que es un gran parque de atracciones y centro
de teatro y conciertos. He cogido la avenida Vesterbrogade hasta
encontrar la plaza del ayuntamiento (Radhus Pladsan). El edificio del
ayuntamiento es muy bonito, de adobe rojizo con esculturas y
vidrieras de cristales de colores que adornan la fachada. Hay varias
estatuas, pero como ya es de noche no se logra apreciar demasiado.
He parado en un Mcdonald y he comido
un menú. He seguido caminando por las calles comerciales del centro
de Copenhague, y he encontrado varias plazas muy bonitas y varios
edificios antiguos, pero no deja de ser una calle peatonal comercial
como la de cualquier otra ciudad europea. Mañana tendré la
oportunidad de visitar más detenidamente, la iglesia y los edificios
antiguos que he pasado. Regreso al hotel de nuevo para acostarme
temprano, mañana me queda un día ajetreado y sobre todo me quiero
levantar muy temprano.
Me he levantado temprano y a las 9 y
media he empezado la jornada después de desayunar en el hotel. El
desayuno muy bueno, diversos tipos de panes, embutidos y quesos, café
y leche y algo de bollería. Muy completo. Lo primero que he ido a
ver es la estación central, la puerta de entrada al Tívoli, ya que
estaba cerrado, y la plaza del ayuntamiento, el edificio central y el
reloj astronómico. Hay diversas estatuas entre las que destacan la
de Hans Christian Andersen, y una fuente en la que están
representados varios animales de los cuentos de Andersen. No encontré
el museo de Andersen World, pero no deja de ser otra atracción más
turística tipo el museo de cera. Tiré hacia el National Museum y
llegué hasta el Slotsholmen. El Slotsholmen es un recinto en donde
se encuentra el palacio real, Christiansborg Slot, el parlamento, los
establos reales y las ruinas bajo el palacio. No visité las ruinas
porque estaban cerradas. He descubierto cuando llegué al hotel el
por qué. Hoy en el parlamento estaban eligiendo al nuevo gobierno
salido de las urnas hace 15 días. Elecciones que ganó el bloque
rojo, y una socialdemócrata es la nueva presidenta de la nación.
De ahí me dirigí hacia la derecha
para cruzar el puente e ir a Christianshavn. Es un barrio en el que
se encuentra una de las joyas de los hippies. Se llama Cristiania, es
un barrio que allá por los años 1990 se alzó en rebeldía ante lo
establecido. En las antiguas dependencias del ejercito danés,
abandonadas por el propio ejercito, un movimiento de ocupas se
adueñaron de los terrenos, construyendo un barrio alternativo en
donde el ecologismo, la libertad, la cultura y el rechazo a lo
establecido se hizo un lugar. En un principio no pagaban ningún tipo
de impuesto, y ya en 1994 tras largas negociaciones con las
autoridades del país lograron que se pagaran unos impuestos
reducidos. Aparte se comercializaba con la “María” solo para
consumo, lo que fue permitido hasta el 2004, cuando se ilegalizó su
consumo y se erradicó del barrio. Se rigen por sus propias leyes y
la cultura es una actividad de las más importantes del barrio. Pero
esto es la teoría, la práctica es que el barrio se ha convertido en
un barrio marginal. La limpieza brilla por su ausencia, se acumulan
montañas de basuras así como muchísima vegetación sin podar ni
arreglar. Se han construido en vez de casas con materiales
ecológicos, chabolas de metal, dándole un aspecto lamentable.
Aparte las propias chabolas están llenas de grafittis y pinturas
desordenadas y sin ningún sentido, frases, carteles, reclamos anti
sistemas, etc. La verdad es que me defraudó muchísimo, al punto que
solo vi una manzana y con las mismas me di la vuelta. Por lo demás
el resto de la isla, es muy bonita, hay una iglesia preciosa con un
campanario de más de 100 metros de altura, diversos canales y muchas
embarcaciones ancladas al puerto, puentes, edificios antiguos
restaurados que se mezclan con la vanguardia en arquitectura, etc.
Me dirigí hacia la plaza Kongsgens
Nytorv, plaza en donde se encuentra el teatro real y varios edificios
emblemáticos de la ciudad con alguna que otra estatua ecuestre. La
fachada del teatro está en restauración, así que me quedé con las
ganas de sacarle unas fotos, solo me dio para sacarles fotos a las
dos estatuas que hay en los laterales de la puerta principal. Desde
ahí me dirigí al Nihavn. El Nihavn es el antiguo muelle de
pescadores y centro neurálgico de la vida de esta ciudad en la época
medieval. Hoy es un canal lleno de barcos atracados y el los locales
de los bajos de todas sus casas están los restaurantes más típicos
de la ciudad. Como ya es hora de almorzar y tenía hambre hice una
parada en uno de ellos y almorcé. Pedí un plato típico, se
componía de una bandeja con una degustación de cinco platos
diferentes típicos, pescado empanado, arenque crudo marinado, salmón
ahumado con una salsa de yogurt y eneldo, una ensalada de pollo y col
y rostbeaf con cebolla seca frita y una salsa de mostaza dulce. Todo
regado con una buena jarra de Tuborg bien fresquita, una delicia.
Enfrente justo había una heladería, así que entré para tomarme un
helado de postre.
Seguí caminando por una avenida
hasta que entré justo en la avenida del paseo marítimo, que caminé
hasta llegar al parque Langelinie. Es un parque en el que en el
centro hay un castillo. No llegué a entrar al castillo pero lo que
si puedo afirmar que es uno de los parques más bonitos que he visto.
Los canales rodean al castillo en forma e estrella con tres niveles
de canales que le rodean, y entre canal y canal césped, arboles y
caminos para pasear. Miles de estatuas de diversos personajes
componen el parque y en un extremo del mismo está la famosa
sirenita. Estatua inspirada en uno de los cuentos de Hans Christian
Andersen y esculpida por Edward Eriksen y patrocinada por el
industrial cervecero Carl Jacobsen. Cuenta la leyenda que el canto de
las sirenas embrujaban a los hombres de la mar, hasta que el canto de
una joven sirena embaucó a un humilde pescador que para
corresponderle, la sirena pidió dejar sus poderes para convertirse
en humana y poder mantener el amor de su príncipe. La estatua es la
que más actos bandálicos ha soportado, desde pinturas de diversos
colores, hasta la han quitado manos, o le han puesto varias bombas. A
todas ha salido indemne.
Caminando he llegado a la estación
de Osterport y allí he cogido un metro que me ha traído a la
estación central y al hotel. He estado la nada despreciable cifra de
8 horas caminando. Son las 5 y media de la tarde y he llegado al
hotel, me merezco un buen descanso y una ducha para salir esta noche
a dar otra vuelta.
Salí a cenar por detrás del hotel,
caminando he encontrado una tratoría, y me apetecía pasta. Así que
entré a cenar en la tratoría. He cenado de vicio y después de
tomarme una cerveza en un pub, regreso al hotel. Por hoy se ha
terminado la visita, mañana más.
Hoy me he levantado en uno de esos
días que está como el tiempo, gris. Hace frío y amenaza con
llover, pero de momento no lo hace. Después de desayunar en el
hotel, he cogido mochila y me he ido a caminar. Hoy toca paseo por el
centro y sobre todo museos. Tengo pensado ir a dos museos, el museo
de la Carlsberg y el museo State Museum for Kunst.
Me adentro por el barrio Vestebro
que lo tengo detrás del hotel. Me encuentro primero con una calle
ancha que está llena de sexshops y bares dedicados a la
prostitución, se llama Istedgade. La calle está llena de carteles,
incluido lugares dedicados a los homosexuales. No veo movimiento de
prostitución salvo en un local que tiene la puerta cerrada y un
gorila de 4 x 4 impide la entrada a tres adolescentes que están en
la puerta para poder entrar. Me encuentro unos metros después la
iglesia de San Mathias, muy bonita por fuera. Tengo que decir que no
me he encontrado ni una sola iglesia abierta para poderla visitar,
incluso no aparecen en los mapas de la ciudad que te dan en los
hoteles. Creo que es positivo, ya que tenía una gran saturación de
iglesias y edificios eclesiásticos de mis últimos viajes.
Llego a un parque inmenso que tengo
que atravesar por su lateral, y cojo la avenida Ny Carl Jacobsen, que
es la que me llevará a la fabrica de cerveza más importante de
Europa y una de las más conocidas en el mundo. Empiezo la visita a
la fabrica, a mano derecha hay unos inmensos parking y el centro de
visitantes. Como hace frío intento tomarme un café para entrar en
calor, pero la cafetera no funciona, con lo que mi gozo en un pozo.
Sigo caminando y me encuentro los nuevos edificios de las oficinas de
la compañía a mano derecha, es un edificio enorme rectangular de
como unas 25 plantas de altura, acristalado negro. A mano izquierda
se encuentra una nave no muy alta pero bastante grande. Son las
nuevas instalaciones de la compañía, las viejas instalaciones están
a continuación. Una vez pasada las nuevas oficinas me encuentro con
una puerta enorme con unos arcos que sirven para que los vehículos
puedas circular con fluidez todo de adobe con una torre en el lado
izquierdo y con un angelote en la cúspide, es la puerta Dipylon
(1892) que era la entrada principal a la fabrica antigua, justo a
mano izquierda se alza la oficina antigua de la fábrica. Un vez
pasada esa primera puerta, te encuentras con la segunda, la puerta de
los elefantes, construida en 1901, por el hijo del fundador en honor
a su padre recientemente fallecido. Los pilares centrales de los
arcos que hacen como entrada y salida son cuatro enormes elefantes en
piedra que soportan todo el peso de la estructura. Por una de las
caras de la puerta se lee el nombre de Carl Jacobsen y su frase más
célebre, “laboramos per patria”.
Llego a museo y entro, el museo la
verdad es que me decepcionó ya que hay unas salas dedicadas a todos
los presidentes y dirigentes de la compañía, representado por los
cuadros de cada uno de ellos. Y una gran maqueta de todas las
instalaciones de la compañía. No vi que hubiera ninguna recepción
a los visitantes, aunque si muchas salas llenas de mesas y sillas que
estaban montándolas como para una recepción. Lo que es
impresionante y dignos de ver son las dos puertas de entrada a la
vieja fábrica y el trozo de oficinas que está entre ellas que está
decorada estilo mudejar, muy bonitas.
De ahí empecé a caminar hasta que
me encontré con la estación de trenes. Cogí el tren que me llevara
al State Museum for Kunst. El museo ocupa dos edificios uno antiguo y
otro más moderno, entre los dos edificios se encuentra la calle de
las esculturas. De lo que he visto solo me ha gustado los tres
cuadros que pone en la guía. “Cristo sostenido por dos ángeles”
de Andrea Mantegna, “El juicio de Salomón” de Rubens y “Madame
Matisse” de Matisse dedicado a su mujer. He almorzado un bocadillo
en el interior del museo antes de ver las exposiciones. Ya que me
encuentro muy cerca del barrio Latino, intento pasear por sus calles,
pero debí haberme perdido porque no encontré lo mejor del barrio
que es la universidad antigua. He llegado de nuevo a la plaza Hojbro
Plads en donde se encuentra la estatua ecuestre de Frederik V. Como
ya se está haciendo de noche, después de tomar una cerveza en uno
de los cafés de la zona, me dirijo hacia el Stogret, zona comercial.
Cuando llegué a la altura de la plaza del ayuntamiento, ya casi era
de noche pero pude hacer unas fotos. Una curiosidad, ésta ciudad le
falta iluminación. Sus calles y edificios emblemáticos tienen muy
poca iluminación. He encontrado una cadena de restaurantes que
tienen como especialidad la carne asada, se llama Jensen Bufhus. He
cenado un steak a la bearnesa con papas y verduras asadas que estaba
muy rico.
De ahí he regresado al Hotel, ya
que estoy cansado y mañana me espera un largo día de viaje hacia la
segunda parte de mi tour, Hamburgo. Me ha gustado Copenhague, me
parece una ciudad que tiene mucho encanto, me han gustado los canales
y me ha sorprendido su gente, gente muy amable. Me apasiona ver una
ciudad que se mueve más en bicicleta que en coche, desafiando a las
bajas temperaturas que ya empiezan a cogerse en esta ciudad, hoy la
máxima ha sido 13 grados, y la cantidad de humedad que hay.
No he notado la crisis en la ciudad
a no ser por dos o tres personas pidiendo que he visto en las calles,
pero no más que otras ciudades. Algo habrá en el hecho que estas
tierras han dado al mundo cantidad de productos que han exportado
desde hace muchísimos años, que son conocidos en todo el mundo y
que hacen de su economía una economía sana. ¿Quién no ha probado
las salchichas Tulip, en alguna ocasión?. ¿Quién no ha tenido un
Lego de pequeñito?. ¿Quién no ha tomado una cerveza Carlsberg o
una Tuborg?. ¿Quién no ha tenido por navidad una caja de galletas
danesas de las latas azules?. Así infinidades de marcas que seguro
hemos comido o consumido en alguna ocasión y que no hemos caído en
la procedencia danesa.
Me he levantado muy temprano para
empezar el viaje hacia la primera ciudad alemana que visitaré,
Hamburgo. He desayunado en el Hotel, y después del desayuno, he
cogido las maletas y me he dirigido a la estación central de
Copenhague, para coger el tren que me lleve al aeropuerto de Koburg.
He llegado en tres cuartos de hora con lo que tengo un cuarto de hora
de margen a lo que tenía previsto anoche. He facturado con la
compañía SAS, Scandinavian Airlines, y he esperado en la sala de
espera después de tomarme un café en las cafeterías del
aeropuerto.
El avión es un focker, como lo de los vuelos interinsulares canarios, son cómodos y amplios. Y la tripulación es muy atenta. He llegado al aeropuerto de Hamburgo y allí me he dirigido a la estación de trenes para coger el tren que me lleve a la estación central de Hamburgo. Desde ahí cogeré un metro que me lleve al hotel. El hotel es un cuatro estrellas, es un NH Hoteles, cadena española de sobra conocido, cómodos, amplios y muy buenos, que he encontrado de oferta. También es cierto que estoy un poco alejado del centro de Hamburgo, a unas 6 paradas en metro. He llegado a las 4 de la tarde, y como tenía hambre y cansancio por el viaje, justo enfrente del hotel he visto una tienda de comida rápida. He entrado y tenían para la venta unas hamburguesas que estaban de muerte, Muy ricas, me he comido dos, con una coca cola. Llevaba todo el día sin comer.
He subido otra vez a la habitación
del hotel, y viendo un poco la tele me he quedado dormido. Me he
despertado a las 7 de la tarde, y como ya es muy tarde, he decidido
quedarme en las cercanías del hotel esta noche, y mañana empezar el
tour muy temprano. He ido a cenar a un restaurante turco, hay que
tener presente que la colonia más importante de emigrantes turcos
está en Alemania. He cenado muy bien y barato. Los turcos a las
papas fritas le ponen paprica y le da un sabor picante que está muy
rico. He dado un paseo por los alrededores del hotel. Decir que el
segundo deporte más importante de esta ciudad son las carreras de
caballos. Justo al lado del hotel, hay un hipódromo y un club
hípico, que tiene más de cien años de historia, es el Hamburg
Hipic Club. He regresado al hotel y no me podía dormir, he añorado
el runruneo de la radio, mi eterna compañera de sueños. Aparte que
las almohadas son de plumas y son muy blandas para mi.
De ahí me dirigí a ver el ayuntamiento y su plaza. Es un edificio típico de las construcciones de la edad media centro europea. De adobe color blanco, con muchas puntas y techos verdes, imágenes de antiguos reyes y gobernadores del estado, etc. Recordar que esta ciudad fue miembro de la Liga Hanseática. La Liga Hanseática unía diversas ciudades de lo que hoy son los Países Bajos, Inglaterra, Norte de Alemania, Suecia, Noruega, Finlandia, Dinamarca, Letonia, Estonia y Rusia, que se dedicaban básicamente al comercio. Básicamente los burgueses de las ciudades del norte de Alemania eran los que dominaban el comercio del mar Báltico y el mar del Norte. Los gremios de comerciantes, los Hansa, se agrupaban para la mejora de sus negocios, el comercio principalmente de trigo, pieles, telas, madera y ambar. incluso materiales preciosos como el oro, cobre, bronce, etc. La Liga más importante era la de Lübeck-Hamburg, pero tenían unos enemigos que eran los piratas. Y contra ellos era su principal lucha.
Justo detrás del ayuntamiento
empiezan los canales de esta ciudad. En el que está justo al lado
del ayuntamiento, tiene una esclusa que abre y cierra el paso de las
diversas embarcaciones a lo largo del canal. Pude contemplar como
funcionaba la esclusa ya que mientras estaba ahí pasó una
embarcación de turistas. Al comienzo del canal hay un monolito
dedicado a los que dieron su vida por Hamburgo en la primera guerra
mundial de 1914 a 1918. Paseé por un canal a lo largo de su
recorrido, hasta que me encontré con la Iglesia de San Nicolás, St.
Nikolaskirche. Esta antigua iglesia de estilo barroco, hoy se
encuentra en ruinas, debido a los bombardeos que sufrió en la
segunda guerra mundial, en la operación Gomorra, llevada a cabo por
la RAF inglesa y la USAAF americana. De ella se conserva intacta la
aguja y el campanario, que aún hoy sigue siendo la construcción más
alta de Hamburgo. Pero las naves centrales y laterales de la iglesia
decidieron terminar de demolerlas, sirviendo sus piedras en reforzar
el río Elba que tantos problemas había dado en la antigüedad.
Mientras este recinto era dedicado a recordar el horror de la guerra.
Hoy hay diversos monumentos y pinturas dedicadas a recordar los
bombardeos aliados a esta ciudad en la segunda guerra mundial.
Sigo caminando y me encuentro con
las avenidas de la ciudad. Estas grandes avenidas que hacen de pulmón
al tráfico de esta ciudad. La avenida Willy Brant es una de ellas.
La cruzo por un puente para ir hacia la iglesia de Santa Katherina,
pero se encuentra en obras, con lo que no la pude visitar. De
espaldas a la iglesia se encuentra un puente que da a parar al puerto
de Hamburgo. El puerto es uno de los puertos más importantes del
mundo, por el han circulado el comercio desde el medievo hasta
nuestros días. Pero el puerto y los desembarcaderos son tan grandes
que parte lo han reconvertido en un gran parque temático de
atracciones. Ahí se dan cita en las naves que antiguamente se
dedicaban al almacenaje de mercancías la mayor red de museos y
atracciones de todo género y de diversos temas. Entre las que
destaca, el Dangeon Hamburg – que es un museo dedicado a las
historias tenebrosas de Hamburgo – la ciudad en miniatura – una
ciudad que replica en miniatura a Hamburgo- y el museo de la
navegación de Hamburgo. También hay que destacar la ciudad almacén
que son cientos de almacenes de adobe cocido en las que se almacenan
toda la mercancía llegara de ultramar como el café, té, la
mantelería o incluso alfombras persas.
He entrado en el Dangeon Hamburgo, y
es una lástima que no me enterara de los diálogos porque es en
alemán. Y yo no lo entiendo nada. Pero tengo que reconocer que me lo
pasé en grande. Se compone de 12 atracciones. Se empieza con el
ascensor del terror, que mientras subes en el montacargas, el suelo
se va moviendo mientras en el techo hay unas arañas inmensas y todo
iluminado con poquitísima luz. Entras a la biblioteca de la historia
negra, es una biblioteca en donde una bruja te va enseñando diversos
episodios del uso de la brujería en Hamburgo. Pasamos a cámara de
la tortura, en donde diversos personajes fueron torturados en el
medievo. Otra sala recrea los incendios de Hamburgo en 1842 en donde
casi toda la ciudad se quemó. Pasamos a los tribunales de la Santa
Inquisición, ya que parece ser que nuestro amigo Torquemada también
pasó por estos lares. Después de los tribunales, está el laberinto
de cristales y espejos, entre caminos con fantasmas y esqueletos.
También hay una sala dedicada a las plagas, las enfermedades
sufridas en el medievo por la población Hamburguesa. Pasamos a otra
sala en donde se representa la ejecución de Stortebeker, pirata
Hamburgués que en 1401 un consejo de guerra lo condenó y ejecutó,
cortándole la cabeza, su cuerpo se levantó y siguió caminando como
si tal cual. Pasamos a una canoa, en donde se recrea las tormentas
de 1717 y las inundaciones de la ciudad. Al final hay una atracción
en donde se te juzga y condena a morir ahorcado, es una atracción
que te suben despacio en un aparato tipo montaña rusa perpendicular,
y en un segundo te dejan caer al vacío de golpe. Son dos horas en
donde un grupo de actores y actrices acompañados con un recorrido
muy bien decorado y detallado, te van metiendo en una sucesión de
atracciones en donde el terror y el miedo es el principal tema.
Viendo la hora de salida, ya casi
las 3 de la tarde y sin comer, me pareció que ya era demasiado tarde
para seguir con la ciudad en miniatura, con lo que decidí abandonar
el puerto e irme hacia la zona del centro de la ciudad que no había
visto. Me paré a comer algo en una croasantería y después de comer
algo ligero, hice un recorrido por todo el centro comercial de
Hamburgo. Hay que hacer notar que si nos fijamos en todas las
tiendas, de marca exclusiva y por los vehículos que vi en toda la
ciudad, el que menos un Audi o BMW, en esta ciudad no se nota para
nada la crisis. Se nota que es una de las ciudades más ricas de toda
Alemania. Lo que más me llamó la atención es que todos los
edificios antiguos están restaurados y los locales de los edificios
son las tiendas de marca, desde Bulgari, pasando por Ermenegildo
Zegna, por Emporio Armani. Esta es la ciudad de las marcas.
Llegué a un lago que hay en medio
de la ciudad que da una estampa muy bonita a la misma, por un lado
las casas antiguas, hoy centros comerciales de primera línea, por
otro lado el lago y por otro lado los puentes que hacen circular por
ellos el tráfico de vehículos y el de los trenes y metros. Fue
curiosa. Entré a tomarme un café en una de las tiendas de la cadena
americana y empezó a llover de una forma descomunal, con lo que
decidí coger metro y regresar al hotel. Por la noche he cenado en el
restaurante del hotel, ya que seguía lloviendo y el hotel está
alejado del centro de la ciudad.
Siguiente día que se me ha torcido un poco
pero ha valido la pena. Cogí un tren equivocado en la estación de
Hamburgo y me he ido a una ciudad que creo que se llamaba Velrein. De
ahí he tenido que coger un tren regional que me llevase a Bremen. En
fin que he llegado a Bremen a las 2 de la tarde cuando quería llegar
a las 10 de la mañana. Con lo que las dos ciudades que quería ver
hoy va a ser imposible, me quedaré con la imagen de Bremen. Que por
cierto, es una ciudad de ensueño, por lo menos su casco histórico.
Llegué a la estación central que
es preciosa, y me dirigí a almorzar algo ya que no había comido
nada. En uno de sus restaurantes de comida rápida, me he comido un
bocadillo, de estos típicos alemanes, con lechuga, tomate, pepino ,
queso, jamón de pavo y salsa bearnesa, acompañado de una coca cola.
Si tiras hacia la derecha te llevará a la parte nueva de la ciudad
al Arena Bremen Stadium y al palacio de Congresos Willy Brandt, por
otro lado si tiras a tu izquierda irás al centro de la ciudad.
Cuando salí del interior de la estación me quedé sorprendido, la
fachada de la estación central es preciosa. Está construida desde
finales del siglo XiX, la han restaurado conservando su estructura
original. A mano izquierda se encuentra un museo, el Urbesee Museum y
una estatua muy vanguardista sobre unos animales luchando entre sí.
Está la estación central de los tranvías justo en la puerta, lo
que le convierte en el centro de comunicaciones de toda la ciudad.
Cogiendo perpendicularmente a unos 600 metros más o menos te
encontrarás con la Marktplaz, el centro neurálgico de la casco
antiguo. Pero antes debes cruzar el puente Herdentor, y si miras a tu
izquierda te encontrarás con una colina y un molino de viento
precioso, se llama Müleh am Wall, en las orillas del río Weser.
Entras en la Marktplaz y entras en
un sueño, entras en el medievo centro europeo. Por un lado te
encuentras la catedral de Bremen, St. Petri Dom, de estilo
Gótico y de construcción de el siglo XIII, dice la guía porque
estaba cerrada cuando llegué, que el órgano y la cripta este y
oeste son impresionantes. Es una pena que no haya podido visitarla.
Justo al lado, en medio de la plaza se encuentra el ayuntamiento,
Rathaus, construido en 104 y restaurado en el siglo XVII, mantiene
sus características típicas de el Renacimiento. Justo al lado del
ayuntamiento se encuentra una pequeña iglesia, Unser Lieben Frauen
Kirche, que también tiene una torre acabada en pico, muy bonita.
Entre medio de estas dos edificaciones se encuentra la estatua de los
músicos de Bremen, los 4 animales cantores que Hans Kristian
Andersen, inmortalizó en su cuento. Es típico tocar las patas
delanteras del Burro, ya que según cuenta la leyenda trae
buenaventura.
Justo enfrente del Ayuntamiento se
encuentran dos edificios del siglo XVI que uno de ellos es el
Schütting, edificio renacentista que era la casa de uno de los
burgueses más afamados y adinerados de Bremen, hoy es la sede del
Sparkassebank (banco alemán). Al lado de éste se encuentra el único
edificio moderno, que si lo piensas rompe con toda la estética del
entorno, es el parlamento de Bremen, el Haus der Bürgerschaft,
construido en 1966. En medio de la plaza se alza la estatua más
conocida y famosa de toda la ciudad, la estatua de Rolando, Bremer
Roland, de 5,5 metros de altura, simboliza la lucha por la libertad y
por los derechos. Todo el entorno está declarado por la Unesco como
patrimonio de la humanidad.
Hoy hay una fiesta dedicada a la
hermandad con el pueblo turco, gran núcleo emigrante en Alemania y
más en esta ciudad. Por esto en los balcones del Ayuntamiento ondean
tres banderas, la alemana, la de Bremen y la turca. En el centro de
la plaza hay montada una carpa en la que venden las exquisiteces
turcas y un pequeño escenario en donde están haciendo una
demostración de la cultura turca. No veo que mucha gente esté por
los alrededores, también es cierto que desde que llegué a Bremen,
no ha dejado de caer esa lluvia fina y constante. Continuo caminando
por los alrededores de la plaza y me encuentro con tres edificios muy
bonitos, de la época del siglo XVII, uno es el centro de correos,
Hauptpostamt, otro es el palacio de conciertos, Die Glocke
Koncerthaus, y el último es una casa señorial de otro de los
burgueses adinerados Gerichts Haus.
Regresé sobre mis pasos pero por
una calle estrecha paralela al Marktpaz y descubrí un pequeño
“barrio” dentro del centro histórico, se llama Bottcherstrasse.
Son las antiguas casas de los comerciantes burgueses de Bremen que
restauradas hoy es un centro comercial que tiene pequeñas tiendas en
su interior, un museo, un hotel, varios restaurantes, etc. Pero
destacan tres casas en particular que tienen unas vidrieras de
colores preciosas y unos adornos en hierro forja que es espectacular.
La entrada es también espectacular, es un enorme tapiz en oro de una
diosa griega. Da gusto pasear por los interiores de cada tienda,
porque los diseñadores de escaparates se han lucido diseñando cada
uno de ellos.
Una vez finalizada la visita a este
peculiar barrio del centro, me dirijo hacia la calle comercial que
está una vez pasada la pequeña iglesia Unser Lieben Frauen Kirche.
Una calle peatonal al estilo de Calle Larios en Málaga o Calle
Castillo en Tenerife. Me detuve en un café pastelería, ya que con
el frío que hace y lo poco que he almorzado, tengo ganas de comerme
un dulce con un café. He pedido un Apelfstrudell con un caffe latte.
La verdad que me han sentado muy bien. He paseado un poco el centro
comercial de esta ciudad y me dirijo a coger el tren otra vez para
llegar a Hamburgo. Me queda una hora y
media en tren de regreso. Llegué sin novedad al hotel a las 8
de la noche y después de descansar un poco he cenado en el hotel, y
me he acostado temprano, ya que me encuentro algo cansado. Mañana
más.
Hoy toca viaje a Frankfurt, y tengo que hacer una puntualización. Eso
que los alemanes son un prodigio de la organización y que ellos todo
lo tienen de una determinada forma y si te sales de esa a los
alemanes los descolocas, es una mentira bastante piadosa. Los
Alemanes son como los españoles, el caos se ha adueñado de ellos y
también han pasado por el aro de aquello del “maricón el último”.
Un ejemplo fue el caos en la estación central de Hamburgo, para
coger el tren para Frankfurt. Por las escaleras de acceso a las
plataformas incluido éstas últimas los empujones y los codazos, las
aglomeraciones, fueron de escándalo. Tanto es así que perdí un
tren el de las 9.45 porque una pareja me empujó y se me cayó la
maleta por un hueco llegando antes la maleta que yo a la plataforma.
Por otro lado salía otro tren con destino Zurich, pero que pasa por
Frankfurt media hora más tarde. Y cuando me disponía a subir la
maleta a los compartimentos encima de las butacas, una señora me
estaba empujando para que le dejara paso. Le digo en inglés, espere
un momento que suba el equipaje, y me contesta con una sonrisa de
oreja a oreja “Ja” (Si en alemán), mientras la puñetera seguía
empujando con su maleta como para pasar. En fin, que todo lo que
habíamos oído sobre los alemanes son cuentos chinos. En este
momento estoy en el tren en dirección Frankfurt, y espero llegar
sobre las 14.00 horas, después de 4 horas de tren.
Llego a Frankfurt y mi comienzo en
esta ciudad no resultó nada positivo. El Hotel se llama Savoy Hotel,
un cuatro estrellas, que le han puesto dos de más por lo menos, está
situado enfrente justo de la estación central. Y para rematar, me
han echo un cargo en la tarjeta visa de 100,00 euros en el Hotel,
como garantía de lo que pudiera consumir. Les pregunto el por qué y
me dicen que es política de la casa, si no pasa nada me devolverán
los 100,00 euros. Les he puesto de caldo y medio, y he llamado a Visa
para que no autoricen el cargo, y si está realizado que pongan
inmediatamente una reclamación. Me he sentido como si me estuviesen
tomando por un ladrón, y como tal me han tratado. Vamos una
auténtica locura. ¿Esto es Alemania? Pues que me guarden un
cachorro.
He salido del Hotel bastante
cabreado y me he dirigido rápido al centro de la ciudad. He cogido
por una calle paralela a la München Strasse – la calle de las
prostitutas- y he llegado Willy Brant Plaz. Ante mi están los
edificios ultra modernos de la ciudad, en cada edificio moderno se
concentra una empresa famosa. En la Willy Brant Platz está el Banco
Central Europeo y aquí está la famosísima estatua dedicada al
Euro. El símbolo € gigante de color azul y sobre él giran doce
estrellas amarillas simbolizándo a los 12 primeros países
fundadores del euro como moneda. Justo enfrente de la plaza está uno
de los Teatros de la Ópera de ésta ciudad, hay varios desperdigados
por toda la ciudad. Y por otro lado hay un edificio Renacentista,
acompañado de una fuente del mismo estilo. Es una muestra de lo que
me voy a ver por toda la ciudad, los dos estilos mezclados, el ultra
modernismo, edificios altos con estructuras acristaladas la mayoría,
de color grisaceo o negro azabache, mezclados con arquitectura de los
siglos XV, XVI y XVII. Esta ciudad se caracteriza por estos
contrastes, lo ultra moderno con lo medieval. Aunque no es
desagradable a la vista, si hay un choque bestial en tu visión la
primera vez que lo contemplas.
Casi bordeando el río Main, que
pasa por esta ciudad, de ahí su nombre Frankfurt am Main, llego a un
edificio precioso de color rojizo, amarillo y negro con bustos
incrustados en sus portales que me deja maravillado. Tiene un puente
que lo conecta con el edifico de enfrente haciendo un arco que tienes
que atravesar tanto caminando como en coche. Continuo unos treinta
metros aproximadamente y descubro que es el Ayuntamiento de esta
ciudad, el Romer. A mano izquierda me encuentro la plaza Paul Platz,
en la que se encuentra la iglesia de St Leonard y un monumento a St.
Paul. A mano derecha entras a la Dom Romer Platz. Ahí se encuentra
la entrada principal del Ayuntamiento, la iglesia evangelista Alte
Nikolaikirche, que entré a visitarla, diversos edificios medievales,
estrechos de tres pisos de altura, en donde hoy están los
restaurantes y justo detrás de la iglesia evangelista, a pocos
metros se encuentra la Dom St. Bartholomäus – Catedral San
Bartolomé.
Entré en la catedral y me dejaron
hacer fotos, es una catedral Gótica con relieves dedicados a San
Bartolomé. Me sorprendió el gran órgano que tiene y los lienzos de
una capilla muy pequeña que formaba un tríptico. A unos trescientos
metros más o menos se encuentra otra iglesia también evangelista
que se llama St. Katherinen Kirche. Me fui caminando por un lateral
de la zona antigua hasta que descubrí un gran boulevard que es el
centro comercial de la ciudad. A todas estas vas contemplando
diversos edificios ultra moderno que van mezclándose con la
arquitectura antigua. El gran boulevard es una muestra. Me encontré
con el edificio de la bolsa. Un edificio de los años 1800, que como
curiosidad tiene 6 estatuas representando a cada continente y otro
que no se a que representa. En el friso hay unos ángeles que en sus
manos portan los avances tecnológicos de aquella época. En el
centro de la calle hay una escultura moderna que es un toro y un oso
que lucha, y representa la subida o caídas de los valores
bursátiles. Enfrente justo hay un edificio rojo precioso que hoy es
un cafetería. Continuo caminando y encuentro una torre
en medio de una esquina solitaria, leo en un cartel cercano que es la
única torre que existe de la muralla romana que rodeaba la ciudad,
era una de las puertas de entrada a la ciudad se llama Eschenheimer Tor. Y justo detrás hay un centro comercial que se llama Metrópoli, pero que está en un edificio muy antiguo que es
precioso. Bajo por una calle Eingoptrasse, y
al final me encuentro con la plaza Goethe, Goethe platz en donde se
encuentra la estatua de Goethe, escritor de Frankfurt y que mañana
tengo previsto visitar su casa museo. Hago las últimas fotos ya que
está empezando atardecer.
Regreso al hotel y después de dar
varias vueltas buscando un sitio en donde cenar, lo he hecho en una
pizería italiana. Al volver al hotel me ocurre el penúltimo
problema en el hotel. La llave de la puerta no me abre, así que
después de cambiar la llave y no funcionar, ha tenido que subir la
recepcionista y programar la cerradura eléctrica de la puerta. Está
comprobado que no es mi día con Frankfurt y sus hoteles.
Como he echo ya la visita al centro
de la ciudad, hoy me lo he tomado con mucha calma y después de
levantarme tarde, he salido a desayunar fuera del hotel. En una
dulcería un bocadillo y un café y he pensado que mejor plan para
hoy que hacer el tour con el bus turístico. Así me explican algo de
Frankfurt que no conozca y me enseñan de nuevo los sitios por donde
pasé ayer.
Así que me subí al tour turístico,
y empezamos la ronda. Así he descubierto que Frankfurt es uno de los
centros económicos y financieros más importantes del mundo, que
emplea a 2,7 millones de personas que viven en todo el land en el
sector servicios en un 80%. Que el aeropuerto internacional de
Frankfurt es uno de los más importantes de Europa que emplea entre
empleos directos e indirectos unos 70.000 empleos en diversos
negocios, como hoteles, restaurantes, cafeterías, tiendas, servicios
aeroportuarios, líneas aéreas, servicios de handling, etc. Todo
esto junto con el Banco Central europeo y muchas instituciones
financieras mundiales, hacen de Frankfurt la ciudad europea por
excelencia en economía, una zona muy rica. Pero claro, todo tiene su
contrapunto. Si bien es cierto que hasta ahora tanto en Hamburgo como
en Bremen, dije que no se notaba la crisis, aquí si se nota.
Frankfurt es la ciudad alemana que con mayor diferencia se nota la
diferencia de clases, los pobres son muy pobres y los ricos son muy
ricos. Aquí he visto mendigos por la calle pidiendo para sobrevivir
o más bien para tener para la siguiente botella de cerveza o vino
para olvidar. He visto mujeres tiradas por las esquinas de las
calles, con harapos y muchos abrigos soportando el frío. Y he
encontrado mucha gente joven en la estación central ya borracha a
las 10 de la mañana. Si, en Alemania si hay crisis, lo que pasa es
que la soportan un solo estatus social, emigrantes y jóvenes y se
nota claramente.
Al final he hecho los dos tour
turísticos. La línea roja te da una vuelta por el casco antiguo,
por la zona de la estación central y por la zona de los museos. Al
final he decidido no visitar museos sino la casa de Goethe, aún
teniendo uno sobre las comunicaciones que parece muy interesante. Y
la línea verde te hace un recorrido por las edificaciones modernas
que conforman el skyline de Frankfurt. Las dos han estado
interesantes, y he sacado muchas fotos sobre todo del skyline que
hasta ahora no había sacado muchas. Como curiosidad estos edificios
están configurados de tal forma que puedan ahorrar un 35% de energía
con la posición de los cristales, su inclinación, el doble
acristalamiento, etc. Hay otro edificio, el rascacielos japonés, en
donde están radicadas la mayoría de las compañías japonesas, y
que la forma del edificio se asemeja a una casa japonesa, que está
certificado a prueba de seísmos. Parece ser que Frankfurt es una
zona sísmica pero sin actividad reciente.
Al terminar el tour verde he ido a
la casa museo de Goethe. Se compone de dos edificios, en uno está la
biblioteca y un museo con exposiciones de pinturas del siglo XVIII y
XIX alemán y el otro edificio es la casa en donde nació y vivió
Goethe. De la casa decir que está dividida en 4 plantas, un bajo y
tres plantas, en donde lo que más llama la atención es la cocina,
situada en la planta baja de la casa y un reloj astronómico del
siglo XVIII que aún funciona perfectamente. Da el día de la semana,
la fecha, el mes, el año, las fases lunares, los distintos signos
astrológicos y en la parte baja tiene un osito que se pone a bailar
en las horas puntas. El resto es mobiliario de una calidad exquisita
en maderas nobles, nogal, etc... y el sistema de calefacción que
tenían tipo calderas independientes en cada habitación. Me ha
gustado la visita a la casa, pero no me gustó las pinturas del
museo.
Hemos acabado con la visita a
Frankfurt, una ciudad que aún teniendo su encanto he encontrado
demasiados aspectos negativos como para decir que me ha enamorado. Me
llevo una impresión negativa, sobre todo por lo que me ha pasado en
el hotel y por lo que he visto por la calles, la inseguridad que se
respira y la miseria, la indigencia y los borrachos que he visto. Y
por el carácter de sus habitantes, no son amables, ni te ayudan a
localizar nada si estás muy perdido. En fin, prepotentes. Después de levantarme muy temprano,
dejar la habitación, e ir a la estación central que la tengo muy
cerca, he desayunado. Y cogeré el tren de las 10,15 minutos con
destino Berlín, cuarta ciudad del tour y penúltima. La última será
Madrid, ya en España. Tardaré otras 4 horas en llegar a Berlín,
con lo que a las 14.15 estaré ya en la ciudad deseada y la principal
de éste viaje, por historia y por interés.
El viaje ha sido muy tranquilo y cómodo. He llegado a la hora prevista, pero me he echo un lío con
las indicaciones que tenía apuntadas que no eran ciertas. He tenido
que ir al mostrador de información de la compañía de metro para
que me hicieran un croquis de como llegar. He tenido que coger tres
metros y hacer dos transbordos. Con lo que ha sido algo complicado
llegar al hotel. Encima Berlín me ha recibido con lluvia intensa. He
llegado al hotel después de unas horas de dar vueltas por la ciudad
y como no tengo plan previsto y ya es algo tarde para salir de tour
turístico, he decidido quedarme en el hotel, visitar las
inmediaciones si me deja la lluvia y cenar por los alrededores.
Mañana me levantaré muy temprano e iniciaré el tour por esta gran
ciudad. El hotel es el Holiday Inn Berlín
Este, es un cuatro estrellas, está muy bien pero tiene los dos
problemas que tienen los hoteles en Alemania, no tiene ningún canal
de televisión en español y internet es de pago. Así que hasta el
sábado que llegue a España estaré sin internet. Si veo algún café
internet o un locutorio me conectaré. La habitación es enorme y
está muy bien, espero dormir bien ya que con las almohadas estoy
teniendo algún que otro problemilla, son muy blandas para mi gusto.
Después de desayunar en el hotel,
buen desayuno, cogí metro y me hice un recorrido de un extremo a
otro de Berlín, desde Landsberger Alle en donde está el hotel hasta
Zoologisscher Garten, en donde me espera el autobús 100 que me
llevará a hacer un recorrido por los lugares más famosos de Berlín.
No llegué a ver las puertas principales del zoo que son bastantes
famosas. Mi primera parada a lo largo de ésta jornada leonina ha
sido el Kulturforum. El Kulturforum es un lugar en donde se
encuentran 5 museos, 2 salas de conciertos y 3 bibliotecas. En medio
de esta maraña cultural de edificios ultra modernos se encuentra una
iglesia, St. Matthäuskirche, que es el único edificio antiguo que
se mezcla con las grandes construcciones modernas. El más famoso
edificio del Kulturforum es la Philharmonie, edificio diseñado por
Hans Shaorun, de color amarillo albero y que parece una carpa
circense, alberga a la Orquesta Filarmónica de Berlín. Herbert von
Karajan dirigió la Filarmónica de Berlín hasta su muerte en 1989 y
hoy tiene una calle en su honor justo es la calle que rodea a la
Philharmonie. Justo al lado y conectada con la Philharmonie por un
puente se encuentra la Kammermusiksaal, edificio del mismo estilo que
la anterior y que alberga conciertos de cámara. Es un conjunto
modernista que me ha gustado visitar.
Cogí caminando la Postdamer
strasse, que es la calle perpendicular al Kulturforum. En esta calle
se encuentra edificios ultra modernistas de diversas compañías
mundiales como es Sony o Daimler Chrysler, que han convertido sus
edificios en auténticos centros comerciales a lo bestia. Enfrente de
estos se encuentra el Teatro Stella sede del Festival de Cine de
Berlín, la Berlinale. Por cierto, anuncian para la Berlinale del
2012 la asistencia de Penélope Cruz y Javier Bardém. En el boulevar de la avenida se encuentra el paseo de la
fama de las estrellas de cine. En donde se encuentran varias
estrellas del cine mundial de todos los tiempos, pero sobre todo
alemanes. Al llegar al final del boulevar te encuentras con la
Postdamer Platz, En ella se encuentra uno de los restos del muro que
a modo de recuerdo y monumento sigue manteniendo por toda la ciudad.
Después de tomar un chocolate
caliente en una cafetería, me dirigí caminando por la Ebenstrasse,
hasta que me encontré con el monumento al holocausto judío, el
Holocaust Mahnmal. Fue inaugurado en mayo de 2005 y corresponde la
idea de sus creadores de hacer un recuerdo a aquellos millones de
judíos que fueron gaseados en los campos de exterminio nazi. Son
19.000 m2 de 2.711 bloques de granito que formando calles se
extienden en una explanada. Este monumento no contentó a nadie en la
ciudad y hoy es un punto de atracción importante del visitante. No
contentó a nadie porque había muchos que pensaron que hacerle el
monumento solo a los judíos era despreciar a miles de gitanos,
antifascistas y homosexuales que también fueron asesinados por
Hitler y su régimen. Aparte la empresa encargada para hacer el
recubrimiento especial que tienen los bloques de granito fue la misma
que se encargó de fabricar el gas Zyclon B empleado en los campos de
exterminio. Esta empresa se llama Degussa. Lo más simbólico es el
lugar, el lugar en donde se encuentra el monumento es casi justo
encima en donde se encontraba el bunker en el que Adolpf Hitler se
suicidó en 1945. En el subsuelo se encuentra un archivo documental
con todos y cada uno de los nombres de los judíos asesinados que se
conocen, como una pequeña historia de cada uno y de lo sucedido en
los campos de exterminio.
A unos 400 metros más adelante se
encuentra la Brandenburguer Tor, la Puerta de Brandenburgo. La puerta
fue mandada a construir en 1789 siendo una copia de la Acrópolis
ateniense. Justo encima hay una cuádriga que transporta a la diosa
Victoria y a los laterales está flanqueada por dos alas de columnas
que servían antes como oficina recaudadora de impuestos de entrada a
la ciudad. Hoy se encuentra una oficina de información al turista y
otra la Raum der Stille, la habitación del silencio, en donde se
favorece simbólicamente la meditación de lo que es y será esta
ciudad. Esta puerta fue muy famosa en los acontecimientos del 1989
cuando cayó el muro de la vergüenza, aquí se concentraron la
mayoría de las concentraciones ciudadanas pidiendo la caída del
régimen comunista.
Cruzando un parque muy tranquilo, se
encuentra el parlamento, el Bundestag. El parlamento se sitúa en el
antiguo Reichtag, parlamento imperial. Es un edificio construido en
1871 cuando fue nombrada Berlín capital del imperio Prusiano.
Llegada la caída del muro en 1989 fue cuando se decidió trasladar a
Berlín la capitalidad de la República y poner aquí el parlamento
federal. Le fueron encargadas las obras de su restauración a Norman
Foster que realizó una cúpula transparente en el centro, cúpula
que es visitada por los turistas. Esta visita no la puedo realizar ya
que se tiene que avisar con días de antelación por internet y en
grupos de 25 personas mínimo. Delante del parlamento hay una plaza
grande, que se le llama plaza de la república.
Cojo metro para dirigirme a otro
punto de la ciudad, a la isla de los museos. Se encuentra en medio de
una desviación que tiene el río Spree que recorre la ciudad. Es en
ésta isla en donde se funda Berlín y desde aquí se expande hasta
como lo que hoy se le conoce. En el norte de la isla hay 5 edificios
de construcción clásica que hoy forman 5 museos, Altes Museum,
Neues Museum, Alte Nationalgalerie, Pergano Museum y Bodemuseum. Son
museos dedicados a la pintura, la escultura y la arqueología. Si
tengo tiempo mañana o pasado vendré a visitar uno de los museos. En
el Altes Museum, hay una estatua ecuestre de Federico V que es muy
bonita.
Me encuentro la catedral de Berlín,
Berlin Dom, en una construcción preciosa, que me atrae y entro. Es
una catedral protestante, y me sorprende su interior, tiene un gran
órgano y no tiene capillas, sino que lo que tiene es un único
altar, me sorprende la cúpula, preciosa. En la cripta hay cerca de
100 monarcas prusianos enterrados de la casa Hohezollem.
Como ya es tarde decido almorzar en
una pizzería que encuentro en el camino, justo a la salida de la
isla, en la calle Unter den Linen. Comida rápida para poder
continuar la visita sin problemas. Decido regresar a la isla y
recorrer lo que me falta, ya que solo he visto la parte norte de la
isla. Viniendo de la Unter den Linen, me encuentro con otros cinco
edificios clasicistas, una biblioteca Alte Biblioteca, un museo
Deustches Historisches Museum, un edificio dedicado a la vieja
guardia, Neus Wache, la opera de Berlín Stratsoper (en restauración)
una universidad, la Humboldt University, y una iglesia católica, la
Catedral de Sta. Eduvigis, St.Hedwig Dom. Estos edificios se
encuentran rodeando la plaza Babel, Babel Platz y en el centro hay
una estatua ecuestre de Federico El Grande, y se le conoce como el
Foro Fredericiano, mandado a construir por el monarca Federico El
Grande. En la Babel Platz fue donde Goebbels ordenó la quema de
20.000 libros de autores judíos, pacifistas y antifascistas, en
1933.
Camino hacia mi izquierda y me
encuentro con una plaza muy bonita en la que se encuentra el museo de
arquitectura se llama Schmikel Museum, está en restauración en su
fachada principal, pero se puede visitar. Lo que más me llama la
atención es la plaza con las estatuas de los tres arquitectos más
importantes de Berlín. Justo enfrente debería estar la plaza de
Mark y Engels, pero no está, está todo en construcción. El motivo
fue que esta plaza fue construida sobre el espacio en el que estaba
el palacio real de los Hohemzollen, los últimos reyes prusianos, y
que en la guerra fue destruido por los bombardeos y con posterioridad
fue demolido en su totalidad por los representantes de la DDR para
hacer la plaza. Desde hace unos años, el palacio está en reconstrucción, hoy por hoy se pueden ver partes del sótano del palacio que
están limpiando para sobre ellos construir una réplica exacta del
mismo.
Continuo caminando y encuentro con
el Marx - Engels Forum en donde se encuentra la estatua de estos dos
políticos y economistas que sobre los que recayeron los cimientos de
la doctrina comunista. Hago unas fotos y continuo caminando hacia el
Rotes Rathaus, el Ayuntamiento Rojo, hoy ayuntamiento de la ciudad y
parlamento de la federación berlinesa. Se le llama así gracias a
los ladrilos rojos en los que está construido. Unos metros más
arriba, se encuentra la Fernsehturm, torre de televisión, obra de la
ingeniería de la república socialista, es la torre de comunicación
más alta de la ciudad con 365 metros de altura. Justo enfrente de
esto se encuentra Nicolaiviertel. Nicolaiviertel es un barrio
reconstruido enteramente desde la nada porque desapareció con los
bombardeos en la II Guerra Mundial. Se le quiso dar al barrio un
ambiente medieval, y todos los edificios y sus calles estrechas están
construidas bajo este estilo. Es un barrio precioso peatonal en el
que en sus casas se reunían todos los intelectuales del siglo XIX
para tener sus tertulias, como Leassing, Humboldt, Mendelssohn y Von
Stein. Los berlineses la llaman la disneylandia socialista.
Recomiendo un paseo por sus tranquilas y preciosas calles.
Un poco más adelante de la torre de
comunicación se encuentra una plaza en donde está la fuente más
bonita que he visto en esta ciudad. La fuente está dedicada a
Neptuno, Dios de los mares, que en 1888 fue regalada al kaiser por
parte de la ciudad de Berlín, para el patio de su palacio. Me hago
unas fotos en la fuente y tiro hacia una de mis últimas visitas, la
Marienkirche. Que es una de las iglesias más antiguas de Berlín,
data del siglo XIII de estilo gótico. Ya es tarde y no la puedo
visitar, está cerrada. Desde ahí me dirijo a la Alexanderplazt. Una de las plazas más animadas de
todo Berlín, y más ahora que están celebrando la Octoberfest,
feria de Octubre. En la plaza hay montada un montón de chiringuitos
que te ofrecen toda clase de alimentos típicos de la zona. Me tomo
un perrito caliente, con una salchicha típica y una cerveza. Y
decido dar una vuelta por toda la plaza buscando el reloj mundial. El
reloj mundial es un reloj que va dando la hora en todas las ciudades
del mundo. En una rueda que va girando dando las horas de todos los
lugares del mundo. Me fijo en dos cosas, no da la hora de Canarias, y
la segunda y la más importante es que me da que va retrasado una
hora, son las seis y media de la tarde y según el reloj son las
cinco y media de la tarde. Después de ir a un baño ya que no
podía aguantar más y pagar por usar el baño un euro, cosa que me
dolió bastante, me tomé un chocolate caliente para calentar un poco
el cuerpo y dar por finalizado la visita a esta ciudad por hoy.
Mañana más.
El día comienza muy temprano, me
levanto y después del desayuno empieza el tour. Quiero ver aquellos
lugares que me falta por ver de la guía y aquellos lugares que no
aparecen en la guía. Uno de ellos que no aparece es el Olympia
Stadion, el estadio olímpico. La famosa de 1936 en donde Jesse Owens, atleta americano
de color, al recoger su medalla de oro, y en acto de protesta ante el
Fürer Adolpf Hitler, levantó su puño derecho bajando la cabeza, en
protesta por la limpieza étnica y contra el racismo. Entré por la torre olímpica, que son dos torres
gigantescas de unos 50 metros de altura que en lo alto entre las dos
torres se alza los anillos olímpicos. Estuve en las escalinatas de
acceso al campo y desde ahí me dirigí a la zona vip de las
cafeterías, justo debajo de los palcos de autoridades. Me dirijo a
la zona en donde se encuentra el pebetero olímpico. Hay expuesta
unas placas en piedra con los campeones olímpicos del 1936 en donde destaca Jesse Owens, que está puesto en primer lugar de
la lista de campeones. Justo detrás del pebetero olímpico y en unas
dependencias anejas se encuentra el estadio olímpico de 1909, ya que
para el 36 se construyó otro totalmente independiente y anejo al de
1909. Justo en el lateral opuesto al palco de autoridades se
encuentra la piscina olímpica y los saltos de trampolín, en
instalación anexa, que por cierto se encuentra muy descuidada. Y
justo al finalizar la piscina se encuentra el paseo de los campones
olímpicos alemanes. Son monolitos de piedra en donde están grabados
los nombres de los campeones olímpicos alemanes de todas las
olimpiadas. Con esto finalizo la visita, tengo que decir que me
produjo mucha emoción recordar las famosas imágenes de Jesse
Owens y resto de atletas de color levantando el puño ante el Fürer.
Cojo otra vez metro y me dirijo a
ver el Schloos Charlottenburg, el palacio real de los Hohenzollern.
No entré porque me pareció algo cara la entrada y además no tenía
muchas ganas de ver otro palacio, según la guía es un palacio
típico del clasicismo de los emperadores prusianos, con algo de
copia de los palacios franceses de Versalles. Con lo que ya los he
visto en Münich. Lo que sorprende es la cúpula en verde esmeralda
con la figura del ángel dorado en la cima.
Después de tomarme un café en una
cafetería que encontré antes de llegar a la estación de metro,
cogí el metro que me llevó al Checkpoint Charlie. Me hice unas
fotos y por 2 euros te dan la visa del Checkpoint Charlie que te
permite el paso desde la zona aliada a la zona de la DDR. El
Checkpoint Charlie se encontraba en la calle Frankstrasse y fue el
puesto fronterizo entre las zonas que controlaba el ejercito
americano con la que controlaba el ejercito Ruso. Vamos a hacer un
poco de historia, después de la segunda guerra mundial, Berlín
quedó dividido en cinco sectores. Cada uno de los cuales estaba
dominado por un ejercito distinto. Desde el norte y en sentido de las
agujas del reloj estas zonas eran, la de la DDR, la soviética, la
americana, la inglesa y la francesa. Los Checkpoint se convirtieron
en auténticos puntos calientes en la guerra fría hasta que en el
año 1961, con motivo de la construcción del muro, en el Checkpoint Charlie se produjo el mayor
enfrentamiento entre los dos ejércitos, americano y soviético,
vivido en esta época que a punto estuvo de provocar otra guerra
mundial. Fue en el año 1989 con la caída del muro y la desaparición
del régimen comunista en la DDR cuando la ciudad empezó a
unificarse en lo que fue, una sola ciudad. Y que según las malas
lenguas, nunca dejó de ser, porque la leyenda negra cuenta que en la
guerra fría existieron estaciones de trenes fantasmas (que no
existían) que comunicaban las dos Berlín y que hacían que los
ciudadanos pasaran de una a otra sin ningún problema. Pero esto
continúa siendo leyenda urbana.
En las cuatro esquinas de la calle,
hay unos murales explicativos de lo que fue y significó el muro en
esta ciudad y que eran los checkpoint, como eran y en donde estaban
colocados. Me entretuve un rato viendo la exposición de los paneles
informativos. Curiosamente hay un McDonals justo detrás del
Checkpoint, con lo que entré y me pedí un menú para almorzar. Una dato, es uno de los pocos McDonalds que no se mantiene la misma
decoración. Este está decorado como si fuera el muro, con las
pintadas de los graffitis. Es muy curioso, no recuerdo otro de
semejante característica. Al salir de la comida, iba a dirigirme al
museo judío, que pensaba que se encontraba a unos metros de aquí.
Pero fue una caminata larga, estaba a más de un kilómetro. Mientras
recorrí otro barrio de Berlín, hasta llegar al museo judío. El
edificio del museo se divide en dos partes, un edificio de finales
del XIX y su ampliación que es de diseño ultra moderno realizado
por un arquitecto berlinés judío llamado Daniel Liebeskind. Este
edificio de acero grisáceo, por fuera no tiene ventanas sino tiene
unas roturas a modo de que le entre la iluminación por ellas. Lo que
quería reflejar el arquitecto era la frialdad, el miedo, la tristeza
y la soledad que sintieron los judíos en el holocausto. Y lo
consiguió, el edificio no deja impávido a nadie. Hay quien lo
detesta y hay quien lo admira. Pero yo apunto aún más. El museo
entero tampoco deja impávido a quien lo visita. Es bastante chocante
lo que se muestra en su interior. A veces es impactante por la fuerza
con la que denuncia ciertos hechos, y otra te deja con la sensación
que ellos mismos son los primeros en olvidar lo vivido, ya que lo
están repitiendo con el pueblo palestino. Las víctimas se han
convertido en verdugos. Continuando con el museo, hay tres o cuatro
aspectos que deseo resaltar, uno de ellos es la “Torre del
Holocausto” se trata de un triángulo totalmente a obscuras, sin
nada en su interior, con la sola ventilación de una ranura de unos 3
cm de largo por 1 de ancho, y un frío en la misma que te erizaba la
piel. Trata de hacer un cuarto que recuerde y rememore la sensaciones
vividas en los campos de concentración. Un jardín que se llama
“Jardín de E.T.A. Hoffmann“ que me recordó mucho al monumento
al judío que vi antes de ayer. Una sala dedicada solo y
exclusivamente al periodo 1931-1945 en la que se hace un largo camino
por la historia de los judíos en Berlín, resto de Alemania, y resto
de Europa. Y un cuarto aspecto muy interesante, la interactividad del
museo. En todas las salas había algo que el visitante pudiera
manejar buscando información que precise. Por ejemplo unos
ordenadores con la vida de ilustres judíos alemanes, entre ellos,
Albert Einstein y el que inventó la crema Nivea, no sabía que era
alemán y menos judío. Al final y a modo de tus comentarios te dejan
poner lo que quieras en un mensaje de correo que queda reflejado en
la historia del museo. Yo me detuve y puse algo así como “Los
hechos del holocausto fueron lamentables y no se deben de repetir
nunca. Ni un solo pueblo debe exterminar a otro. No lo hagan ustedes
lo mismo con el pueblo palestino. Intenten vivir en paz. Un saludo.”
Al salir del museo ya eran casi las
7 de la tarde y era hora de regresar al hotel para preparar la maleta
y cenar. Mañana toca viaje de vuelta a España. Pero me ocurrió el
último accidente del viaje, eso espero. Las tres estaciones de metro
más cercanas al hotel, cierran desde las 10 de esta noche hasta las
4 de al madrugada del lunes por mantenimiento de las líneas. Me he
quedado sin medio de transporte para ir al aeropuerto. La estación
mas cercana de metro que tengo del hotel está conectada directamente
con un tren que lleva hasta el aeropuerto de Shonenfeld,
que es de donde sale mi avión mañana. Así que me tengo que buscar
otro transporte alternativo. Pregunté en la recepción del hotel, y
para coger la misma linea de trenes tengo que ir caminando 3
kilómetros y hacer dos transbordos en metro, así que la única
alternativa que me deja es el taxi. Espero que no me salga muy caro.
Me he levantado muy temprano, a las
7 de la mañana. Una ducha, el último desayuno en Berlín y no me
queda otra que coger un taxi que me lleve al aeropuerto de
Shoenenfeld. Me ha cobrado 34 euros, no me pareció tan caro, me
esperaba aún mucho más. Sobre todo al ver los precios que se mueve
en esta ciudad. Tengo que decir que si Copenhaguen me pareció cara,
más cara es todavía toda Alemania, y más Berlín. Un café no te
baja de los 3,50 euros, una coca cola de 4,00 para arriba,
etc. Un país muy muy muy caro.
Estoy en el aeropuerto pendiente de
embarque hacia Madrid. Comienza la última etapa del viaje, y ya piso
tierra española de nuevo. La verdad es que tengo ganas de regresar a
mi país y a mi casa. Espero que el viaje sea muy tranquilo. El viaje
fue tranquilo, y mi llegada a Madrid fue apoteósica. Ya que hoy se
celebra las manifestaciones del 15-O de los “indignados”. Me llegué a Callao y allí les
esperé hasta que se acercó la primera de las marchas, destino Sol.
Me uní a ellas y bajé calle Preciados hasta desembocar en Sol. Allí
la plaza ya estaba otra de las marchas, y la gente empezó a
agolparse, en una hora Sol estaba inundada. Y a las dos horas ya ni
se podía caminar, incluso se tuvo que poner el cartel de aforo
completo, en unas pantallas que a modo de proyector enviaban imágenes
y mensajes sobre el edificio de Tío Pepe. La experiencia estuvo genial, ya no
solo el hecho de la protesta en sí que fue muy importante, sino
porque vi a mucha gente exponiendo sus ideas y motivos, hablando de
política. Y eso es más que interesante, creo que este país estaba
bajo una pasividad que me estaba empezando a preocupar muy
seriamente. Cené en un restaurante de bufete y con las mismas a la
cama, que estoy muy cansado.
Último día del viaje y la verdad
es que no tengo ganas de hacer nada, así que me he quedado en la
habitación del hotel hasta bastante tarde. He estado viendo la tele
y conectado a internet. Despúes he ido a dar una vuelta por Sol,
Preciados, Callado, la Gran Vía, etc. Haciendo tiempo hasta que
empiece el musical que tengo entradas compradas en el teatro Rialto.
Voy a ir a ver, “Más de 100 mentiras”, musical basado en las
canciones de Joaquín Sabina. Me ha gustado, buena música,
buena escenificación, buenas coreografías, y el guión pues podía
haber estado algo mejor, pero no se puede decir que era malo. Después de cenar en un Lizarrán,
he regresado al hotel, que mañana me tengo que levantar muy
temprano. La vuelta a Málaga estuvo bastante tranquila.
Líneas aéreas: Iberia, SAS, Easyjet y Spanair. En Alemania Tren con Interrail.
Fotos:
Copenhague: Entrada Tívoli; Hans Christian Anderssen mirando al Tívoli; Christianshavn; Parlamento Danés; Nyhavn; La sirenita; Puerta Los elefantes Carlsberg y Copenhague atardeciendo.
Hamburgo: Exclusa canal; Rathaus (Ayuntamiento); St.Nikolaskirche; Monumento por la paz St. Nikolaskirche y Hamburgo Dangeon.
Bremen: Haupbahnhof (Estación central); St.Petri Dom; Estatua Rolando y Palacio Guerichts Haus.
Frankfurt: Banco Central Europeo; Romer (Ayuntamiento); Dom Romer Platz; Skyline Frankfurt y Reloj astronómico casa museo Goethe.
Berlín: Philharmonie; Holocaust Manhmal; Puerta de Branderburgo; Bundestag; berlín Dom; Ruinas Palacio Imperial; Estatua Marx Engels Forum; Rotes Rathaus (Ayuntamiento rojo); Pebetero olímpico estadio; Checkpoint Charlie y Detalle muro.
Líneas aéreas: Iberia, SAS, Easyjet y Spanair. En Alemania Tren con Interrail.
Fotos:
Copenhague: Entrada Tívoli; Hans Christian Anderssen mirando al Tívoli; Christianshavn; Parlamento Danés; Nyhavn; La sirenita; Puerta Los elefantes Carlsberg y Copenhague atardeciendo.
Hamburgo: Exclusa canal; Rathaus (Ayuntamiento); St.Nikolaskirche; Monumento por la paz St. Nikolaskirche y Hamburgo Dangeon.
Bremen: Haupbahnhof (Estación central); St.Petri Dom; Estatua Rolando y Palacio Guerichts Haus.
Frankfurt: Banco Central Europeo; Romer (Ayuntamiento); Dom Romer Platz; Skyline Frankfurt y Reloj astronómico casa museo Goethe.
Berlín: Philharmonie; Holocaust Manhmal; Puerta de Branderburgo; Bundestag; berlín Dom; Ruinas Palacio Imperial; Estatua Marx Engels Forum; Rotes Rathaus (Ayuntamiento rojo); Pebetero olímpico estadio; Checkpoint Charlie y Detalle muro.