sábado, 4 de septiembre de 2010

Turismo Rural. La Vera-Valle del Jerte (Cáceres). Marzo 2008.

Nota: He tenido que publicar de nuevo el post porque no se el motivo que ha salido sin alinear. 

He tenido una semana algo liada en el trabajo y por eso no he podido escribir, ha llegado el fin de semana y yo sigo con el proyecto que me he embarcado de ir contando mis viajes. La Vera y El Valle del Jerte, son dos paraísos que los tenemos bien cerca, pero que también son los tristes desconocidos de España. Tengo que reconocer que yo ni había oído hablar de este lugar, si no es gracias a Gemma Nierga en "La Ventana". Un año antes había realizado un programa especial en la floración de los cerezos y me picó la curiosidad. Aparte de visitar La Vera y El Valle del Jerte, aprovechamos la Semana Santa, para visitar también Cáceres, Plasencia y Trujillo.

Nos quedamos en un pequeño hotelito rural en Cuacos de Yuste, pueblo situado en La Vera, muy cerca del Monasterio de Yuste. El pueblo es muy coqueto, pequeño que conserva en sus casas e iglesias el aire medieval. Es un pueblo muy tranquilo, tiene menos de 1.000 habitantes, y se respira aire de la Sierra de Gredos, que se divisa sus montañas nevadas desde el pueblo. Aparte del Monasterio de San Jerónimo de Yuste (lugar de retiro del emperador Carlos I), tiene un palacio que fue en donde nació y se crió Juan de Austria (hijo de Carlos I de España y V del Sacro Imperio). El Palacio Monasterio se divide en dos partes, una el monasterio propiamente dicho y otra la que fue casa del Emperador. El monasterio tiene dos claustros, uno gótico y otro renacentista, y la iglesia. La casa del Emperador es una construcción muy simple con pocos adornos y poco lujo, las quería así porque quería un retiro monacal y de poco lujo. La particularidad que tiene es que la iglesia está conectada por un pasillo con la habitación del emperador, ya que por su enfermedad (gota) no se podía trasladar.

Por la tarde visitamos otro pueblo de La Vera, Jarandilla de La Vera y nos dirigimos al otro lado de la montaña para visitar El Valle del Jerte. La Vera es una comarca muy famosa por un producto, el pimentón. Aquí se fabrica el mejor pimentón de España, que por supuesto compramos. Jarandilla es otro pequeño pueblo en donde hay un Parador Nacional de Turismo en un palacio medieval precioso y un pequeño casco antiguo muy bien conservado. Llegamos al Valle del Jerte y la vista que contemplamos desde lo alto de la montaña es espectacular. Es un valle en el que su actividad principal es el cultivo de la cereza. El cerezo es un árbol que florece en estas fechas con unas flores muy parecidas al almendro, blancas. Todo el valle es una alfombra blanca que le da una visión espectacular. Es algo que nadie debe perderse. En el pueblo, pudimos comprar varios productos a base de cerezas como mermeladas y compotas. Y compramos un cerezo injertado, que he tenido en mi terraza hasta este verano que una ola de calor lo ha matado irremediablemente. Volvemos a subir para cruzar la montaña y contemplamos una de las mejores vistas que jamás he podido ver, el valle blanco iluminado por una luna llena inmensa. La visita ha satisfecho las expectativas que tenía, el Valle lo componen diferentes pequeños pueblos pero su visión con la floración de la cereza es algo espectacular. Se lo recomiendo, visiten este lugar, es algo impresionante.

Al día siguiente no me levanto muy bien que digamos, tengo un pequeño dolor en el estómago que me molesta bastante desde el centro hasta la izquierda. Aún así cogemos coche y nos dirigimos a Cáceres. En 1986 es declarada ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Y Cáceres es una ciudad preciosa. Tiene un centro histórico realmente espectacular. Llegamos a la Plaza Mayor y como es Viernes de Dolores, nos encontramos con una procesión. Acabada la procesión empezamos con nuestra visita. En la misma Plaza Mayor, se encuentra el Arco de La Estrella y las dos Torres que la flanquea, la Torre de Bujaco. Paseamos por todo el centro, y visitamos el Palacio Episcopal (renacentista), El Palacio Carvajal (con su patio y la higuera de 400 años de vida), La Concatedral de Santa María (románico transición gótica) con su estatua a San Pedro de Alcántara, Palacios de Los Golfines de Arriba y de Abajo (dos palacios de dos ramas de la misma familia), la Iglesia de San Francisco Javier (iglesia jesuita de estilo barroco), Palacio Las Veletas (con su aljibe de estilo mudéjar) y Palacio de Las Cigüeñas. 

Nos paramos en un restaurante y almorzamos, aunque me sigue doliendo el estómago consigo comer algo para retomar fuerzas. Salimos del restaurante y volvemos a la Plaza Mayor para visitar la Torre de Bujaco. En la bajada podemos ver varios palacios más, algunos de origen mudéjar. No nos paramos en ninguno porque los dolores empiezan a ser mayores, me cuesta caminar. Llegamos a la Torre de Bujaco y entramos para la visita. El guía que nos la enseña y explica como defendieron la ciudad de los ataques de los moros, es muy agradable. Me gustó mucho, pero ya no puedo más, los dolores son insoportables y cada paso que doy por las escaleras me van a partir en dos. Salimos de la torre y ya me estoy hasta mareando de los dolores. Decidimos ir al Hospital y entrar por urgencias. Me trasladan en un taxi, que a cada salto que da por las empedradas calles de Cáceres, el estómago parece que me va a estallar. Estuve 6 horas ingresado en el Hospital, me hicieron análisis de sangre y de orina, placas y me metieron nolotil y calmantes por vena. No dieron con lo que me pasaba, me dijeron que podía ser una inflamación del páncreas. A las 2 de la madrugada me dan el alta ya que con tantos calmantes se me ha calmado bastante el dolor. Llegamos a Cuacos sobre las tres y media de la madrugada y nos vamos a la cama.

A la mañana siguiente nos quedamos en Cuacos descansando ya que aunque los dolores eran más flojos todavía me dolía el estómago. Les he fastidiado la visita a Trujillo que teníamos programada este día. Pasamos la tarde visitando las maravillosas gargantas que hay muchas en la zona, entre las que destaca La Garganta de la Olla, precioso paraje natural. El domingo de resurrección, como ya me encontraba bastante mejor a la vuelta paramos en Plasencia para visitarla. Preciosa ciudad que también tiene un casco antiguo muy bonito. Entre las que destacan el Palacio del Marquesado de Maribel (renacentista), la iglesia de San Nicolás (gótico), La Catedral Vieja (transición románico al gótico) y su claustro, La Catedral Nueva (renacentista), el Convento de Las Carmelitas Descalzas (hoy museo provincial y de estilo barroco), el Ayuntamiento y la Plaza Mayor. También paseamos por la Judería, barrio en donde se asentaron los judíos en la edad media, un barrio de calles estrechas y suelo empedrado muy bonito. Preciosa ciudad que no deben de dejar de visitar. Después del almuerzo salimos dirección Málaga a la que llegamos sin más incidentes.

Preciosa escapada a una maravillosa provincia, Cáceres. Gran olvidada de España y con muchas cosas por descubrir y por disfrutar. Lo único que destacar negativamente fue cuando terminé en el Hospital. A la semana fui a mi médica de cabecera y me hizo más pruebas, análisis para ver que pasó, aunque no me dolía ya el estómago, y no encontró nada de nada, ni apendicitis, ni pancreatitis, ni nada de nada. Unos meses después sentí el mismo dolor después de una cena con varios amigos y también terminé en el hospital, que también me hicieron las mismas pruebas y con el mismo resultado. Hasta el día de hoy, después de dos años, no me ha vuelto a pasar ningún dolor más. Hoy sigue siendo el mismo misterio que en aquellas dos ocasiones. Cruzamos los dedos para que no se repita.

Fotos: Monasterio de Yuste (Cuacos de Yuste); Cerezos en Flor (Valle del Jerte); Torre de Bujaco (mi pálida cara antes de ir al Hospital).

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