jueves, 14 de octubre de 2010

Ciudades Europeas. Lisboa. Capital del Fado. Abril 2009.

He salido hacia Monesterio sobre las 6 de la tarde, mi idea es no hacer hoy los 700 kilómetros que separan Málaga de Lisboa. Sino hacerlo en dos partes, una llegar a Monesterio, que es una localidad de Badajoz, en la serranía, llegar ahí hacer noche y con las mismas mañana por la mañana salir para la capital de Portugal para llegar sobre el medio día.

He llegado al Hostal Leo y he conseguido habitación para quedarme, es un hostal que está muy bien, muy limpio y bastante cómodo. He llegado para la hora de cenar, he ido a una taberna y he cenado como un Rey. Aquí está el embutido mejor que he probado en muchísimo tiempo. Cojo cama y mañana hay que estar descansado para los 400 kilómetros que me quedan de coche.

He salido a las 10 de la mañana en dirección Lisboa después de desayunar unas tostadas con jamón y un café con leche. Ha estado de muerte. Insisto que el jamón de aquí es espectacular. Cojo carretera, esta vacía y no voy a tener problemas en el camino. A la altura de Badajoz capital me desvío para Portugal y entro en el país ibérico hermano. Si no es por las señales ni te das cuenta que estas en Portugal, el paisaje es igual, la carretera la misma y hasta se coge la radio española durante muchos kilómetros.

Llego al puente de entrada a Lisboa, puente 25 de Abril, y el GPS me dirige hacia el Hotel. Llego a las 3 de la tarde, pero como aquí es una hora menos, como Canarias, he ganado una hora. Me dan una habitación preciosa, amplia y lujosa. Es el Hotel Corinthians Lisboa, un cuatro estrellas y muy bien cuidado, oiga, jajajaja. Salgo a una pizzería cercana al Hotel para almorzar algo y poder preparar la visita a la ciudad de la tarde.

La visita ha sido corta, escasa y accidentada. Al llegar a la Plaza do Comercio se me cayó una lentilla con lo que he tenido que dar la vuelta y regresar al hotel. Aún así me ha dado tiempo de contemplar toda la plaza hasta el arco de entrada, y las torres que limita la ciudad con el río Tajo. En el río que lo vi muy sucio y poco cuidado, habían muchas gaviotas y algunos barcos. Cuando he llegado al hotel son las 7 de la tarde y ya no hay tiempo para volver al centro histórico de la ciudad.

Lo que hago es prepararme y salgo a dar una vuelta para cenar por el Barrio Baixo y Barrio Chiado, uno de los dos. Nada más salir de la boca del metro me encuentro con la estatua de Fernando Pesoa que se encuentra en el café A Brasileira. He visto el monumento a Camoes, y he recorrido las calles del Barrio do Chiado y el Barrio Bajo. Me ha encantado estos dos barrios, los he caminado mucho, pero no he podido hacer fotos ya que por la noche mi cámara saca unas fotos horrendas. Preciosas calles en donde se concentran los restaurantes, pub y la movida nocturna de Lisboa. He visto muy buen ambiente, sano, y he entrado en un pub que tenía un espectáculo de Fados. Dos cantantes, mujer y hombre, se iban turnando cantando durante una hora y media fados típicos de esta preciosa ciudad.

La verdad es que he alucinado con estos dos barrios, muy bien cuidados mantienen el ambiente de esa Lisboa poética y cultural que en la revolución de los claveles se alzó en “armas culturales” contra la dictadura militar que gobernaba.

Me he levantado bastante temprano para tener tiempo y recuperar la tarde de ayer que fue en blanco. He empezado por donde ayer por la tarde lo había dejado. Llegué a la Plaça do Comercio, desde el barrio Baixo, hasta Santa Apolonia, recorriendo el barrio Alfama. También es un barrio antiguo con calles estrechas y unas pendientes de escándalo, he visto varias iglesias y casas antiguas muy bonitas como la Iglesia de Nossa Senhora Da Conceiçao Veha o la Casa Dos Bicos, hasta llegar a la Sé, la catedral. La Sé me ha gustado, es un templo de estilo románico, con dos campanarios gemelos. Fue reconstruida bajo varios estilos arquitectónicos distintos, gótico y barroco, pero la verdad es que es muy agradable a la vista.

He visto los típicos trolebuses que recorren los barrios antiguos de Lisboa que le dan una estampa muy típica y bonita. He seguido subiendo hasta llegar al Castelo do San Jorge. Este Castillo es una gran fortaleza creada para la defensa de la ciudad y se alza en la cima de una colina, teniendo desde sus jardines unas impresionantes vistas de la ciudad. Existen varios cañones tigres aposentados en las murallas de defensa del castillo. También ha tenido que ser reconstruido después del terremoto que asoló a la ciudad en 1755. Me ha gustado mucho esta visita.

Desde ahí he bajado hacia la Plaça Rossio, en donde está el Teatro Nacional y la estatua de Pedro IV. De ahí he ido a la Plaça Figueira, preciosa plaza en donde está la estatua de Dom Joao I. He ido recorriendo plazas hasta el final de la avenida de la Libertade. Entre las que he visto es la Pelourinho (plaza del municipio), en donde se encuentra el Ayuntamiento y un monumento que en la antigüedad se usaba para exponer públicamente a aquellas personas que eran condenadas por la justicia. También he estado en la Plaça Marqués de Pombal, reformador de la administración y constructor de Lisboa después del terremoto de 1755. Al final de la Avenida de la Libertade se encuentra el monumento a los Héroes de la Gran Guerra, la primera guerra mundial.

Después de almorzar, he cogido la guagua y he ido a la zona de Belém. Me bajé en el monumento a los Descubrimientos, y desde ahí he ido caminando hasta la Torre de Belém. En medio está el Centro Cultural de Belém, el parque Das Naçoes y el Monasterio de los Jerónimos. El Centro Cultural y el parque Das Naçoes son las construcciones modernistas realizadas para la Expo 98 la mayoría por Santiago Calatrava, no he entrado en las instalaciones, las he visto desde fuera. Llego al Monasterio de Los Jerónimos he podido ver la catedral pero el claustro no lo he podido ver ya que había una cola de impresión y solo quedaba tres cuartos de hora para el cierre. Llegué a la Torre de Belém, construcción que actúa como torre vigía de la entrada a la ciudad por el río. Me han gustado mucho El Monasterio y la Torre.

He tenido que condensar toda la visita a la ciudad casi en un solo día pero ha sido muy agradable. Me hubiera gustado haber tenido otra tarde para poder ir a visitar algún que otro museo. Pero Lisboa me ha encantado como ciudad, sus calles todavía mantienen una arquitectura modernista (siglos XVI y XVII) con calles empedradas, y un ambiente sobre todo nocturno muy agradable. Mañana toca Sintra, que es una población a muy pocos kilómetros de Lisboa que tiene dos o tres castillos que son muy bonitos.

He cogido un tren que me lleve a Sintra, hemos tardado unos tres cuartos de hora en llegar. Pero la sorpresa me la llevo al llegar al pueblo, hay un mogollón de ESPAÑOLES. Vamos media España está aquí, ¿qué nos ha pasado, hemos dejado nuestro país vacío?. Tanto es así que hay una ruta que se realiza por los 4 sitios turísticos importantes, El Palacio y Parque Da Pena, Castillo de los Moros, Convento dos Capuchos y el Palacio Nacional, que para coger éste autobús he tardado dos horas. Y eso que salen cada 10 minutos más o menos. Vamos, algo impresionante. Empiezo mi recorrido a las 13 horas, con lo que decido ir directamente al Palacio Da Pena y si me queda tiempo, que lo dudo, recorro el resto.

También para entrar al Palacio hay una cola de espanto, pero creo que merece la pena y nunca mejor dicho. Con lo que estaba viendo desde el exterior parece un palacio sacado de una película de Disney. Después de largas colas he podido ver el Palacio. Es una auténtica pasada, me ha encantado, sus colores, sus torres, sus colmenas, sus bóvedas, algo alucinante. Vale la pena haber perdido tanto tiempo en colas. Es una auténtica maravilla y las vistas desde el Palacio es impresionante. Es un palacio de estilo romántico. La verdad es que es indescriptible, mejor verlo en fotos.

De ahí he bajado hasta el pueblo y he visto por fuera el Palacio Nacional y Convento dos Capuchos. Pero es que hay tanta gente, es impresionante, que si no cojo el autobús de vuelta temprano quizás me quede aquí esta noche. Así que decido a las 6 de la tarde poner punto final a la visita para prevenir problemas. Me voy muy contento aún solo pudiendo ver el Palacio Da Pena por dentro, pero volveré en otra ocasión. Llego al Hotel cerca de las 10 de la noche, después de aguantar muchas colas para poder regresar, teniendo en cuenta que me colé en el tren. Estaba saliendo un tren, tenía pasaje para el siguiente. No lo pensé y me subí cuando estaba pitando el controlador para cerrar puertas, así he conseguido llegar tres cuartos de hora antes.

Salgo muy temprano de camino a casa, porque me queda 750 kilómetros de camino y cerca de 9 horas de coche. Pero decido parar en Elba, que es una localidad portuguesa muy cerca de la frontera con España, para ver sus ruinas románicas. He parado, me han gustado mucho, y después de una visita fugaz de una hora, he seguido camino a casa. He llegado sobre las 10 de la noche, cansado pero contento. 


Fotos: Plaza do Comercio; Sentado junto a Fernando Pesoa; Castelo do San Jorge; Monasterio los Jerónimos y Palacio da Pena (Sintra).  

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